Cuando llegas a México desde España resulta muy sorprendente lo diferente que es el idioma.
Referente al masaje hay un término que en España suena peyorativo que es “sobar”.
Los sobes son una modalidad propia de masaje, y hacerse sobar es muchas veces distinto de hacerse un masaje.
En México se acostumbra a asociar el masaje a darse un gusto, o relajarse, mientras que los sobes son los que tienen finalidad terapéutica.
Hay sobes específicos para diferentes problemas desde para problemas digestivos (empacho) hasta otros destinados a problemas musculares.
El concepto de masaje está asociado al SPA, mientras que los sobes son practicados por sanadores tradicionales.
Tampoco se puede decir que los sobes sean equiparables al masaje, de la misma manera que el siat-su, o la quiropráctica no son propiamente masajes.
Hay mucho más en común entre el sobe prehispánico y el masaje, que entre el siat-su y el masaje, pero son distintos. Tienen una base teórica un poco diferente.
Es más equiparable el sobe que el siat-su en cuanto que el sobre ns basa en la anatomía y no en el flujo de ki.
Un sobador contempla los problemas de huesos, músculos y tendones, y si bien muchos hablan de “cuerdas”, el enfoque no es muy distinto del europeo.
Pero la manera de manipular es distinta.
Una sobada no es lo mismo que una “amasada”. Hay un trabajo de fricción especifico que no se contempla entre las manipulaciones del masaje occidental (greco-árabe) y que no son ni fricciones, ni vaciados venosos, son eso: Sobes.
La médicina tradicional indigena es muy amplia. Desde la herbolaria, hasta el temazcal, pasando por los sobes, constituye una autentica médicina - que estoy muy lejos de conocer - equiparable a la medicina tradicional china.
Y respecto a ese punto hay que resaltar la existencia de una acupuntura autoctona americana que en lugar de agujas usa espinas de maguey.
Respecto a los sobes he de decir que la de sobador es solo una de las especialidades médicas aztecas, siendo otra la de huesero, más cercana a la quiropraxia, pero más compleja.
Hablaré más adelante un poco más de ello, pero coordinándome con un autentico médico tradicional: Francisco Ayala.
Probablemente sea él quien explique estas cosas en su web-blog , y yo lo enlace desde aquí.
Tlasokamati (gracias).
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